¿En qué consiste la Musicoterapia?
La musicoterapia es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta cualificado, con un paciente o grupo, en el proceso diseñado para facilitar y promover la comunicación, relación, aprendizaje, movilización, expresión, organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. (Federación Mundial de Musicoterapia, 1996).
¿Cómo beneficia a los niños con problemas de corazón?
El primer beneficio es que por un rato se olvidan de su enfermedad, dejan de ser niños enfermos para ser músicos. Hay un músico dentro de todos ellos. En los ingresos parece que el niño es ante todo enfermedad, cuando ingresados o no, son siempre NIÑOS. Y es importante que no perdamos esto de vista.
En varias sesiones, además, el personal sanitario me ha hecho notar cómo había mejorado la saturación de oxígeno en sangre, o la actividad cerebral, o cómo se había estabilizado la frecuencia cardíaca durante la sesión. La música tiene un poder increíble y poder trabajar con ella y ser testigo de todas estas cosas es un privilegio. Algunos padres me han dado las gracias al final de la sesión porque el niño había vuelto a ser él mismo.
¿Qué es lo mejor de trabajar como musicoterapeuta en esta actividad?
Soy muy afortunada de poder pertenecer a un proyecto como éste de Menudos Corazones. Tengo la oportunidad de trabajar con lo que más me gusta, la música y los niños, y llevarla a un contexto como la UCIP, donde puede parecer extraña su existencia, pero es tan necesaria... Además, el trabajo de musicoterapia hospitalaria es un aprendizaje de vida diario; para mí la UCIP es un lugar lleno de ejemplos de esperanza, de fortaleza y de superación.
¿Cómo viven los niños la música?
En general muy bien. La música les da la oportunidad de salir del hospital un rato, de olvidarse que tienen un montón de cables, drenajes, máquinas... a su alrededor y expresarse plenamente; ni siquiera hacen falta las palabras. A veces construimos historias con la música, a veces cantamos, otras simplemente improvisamos con los instrumentos...
¿Te gustaría contarnos alguna anécdota o momento destacable?
Hace poco hubo una niña de 7 años en UCIP que no hablaba nada de español. No paraba de llorar y al personal sanitario le costaba cada vez más calmarla, así que en cuanto bajé me pidieron que trabajase con ella. Fue una sesión sin palabras, no hacían falta ella no hablaba español y yo no hablo rumano, pero el llanto cesó en cuanto empezó a tocar. Improvisamos con diferentes instrumentos, jugamos a las carreras en el teclado, y yo la acompañé con la flauta mientras ella cantaba algunas canciones que le gustan... Fue una sesión preciosa. Cuando me fui, la niña estaba relajada y sonriente.
¿Cómo crees que afectaría al proyecto dejar de recibir fondos financiados por la X Solidaria?
Pues evidentemente tendría un impacto bastante negativo en los niños de la UCI. El proyecto depende de esa X solidaria.
Aún hay 9 millones de contribuyentes que el año pasado no marcaron la casilla de fines solidarios. ¿Qué les diríais para animarles a que la marquen este año?
Yo les animaría a que lo hicieran porque realmente esos fondos están destinados a los fines que se dicen y hay un montón de personas en situaciones difíciles, muy extremas a veces, que se benefician de ello y van a poder mejorar un poco su situación.
El año pasado más de 10 millones de contribuyentes marcaron la casilla de fines solidarios, haciendo posible 1.236 programas de 469 ONG. ¿Qué les dirías a todos ellos?
Pues les diría ¡muchas gracias! Y ¡enhorabuena! Porque creo que también es un acto de ciudadanía, contribuir entre todos a una sociedad mejor y más justa.
¿Y cómo podríamos animar a los que aún no lo hacen?
Yo les diría que la sociedad somos todos, que puede ser nuestro grano de arena; con muchos poquitos se llega a algo grande.
Y para terminar ¿te gustaría enviar un mensaje?
Me gustaría agradecer a todas las personas que marcan la X solidaria y decirles que con ese gesto tan fácil, están contribuyendo a que como dicen los padres de la UCIP, los niños hospitalizados sean NIÑOS, sean ellos mismos, sonrían... y en el fondo es algo tan grande...
Que cada uno reflexione la importancia de la música en su vida diaria, y todos van a encontrar millones de motivos por los que la música es importante; si se ponen en los zapatos de los niños que pasan mucho tiempo ingresados y de sus padres, en muchísimos casos además desplazados de sus ciudades de origen... Seguro que todos se hacen una idea de cómo es la situación y de cuánto puede ayudar la música; así que a los que ya lo hacen, un GRACIAS enorme. Espero que leyendo esto puedan ser un poco más conscientes de aquello a lo que contribuyen.
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