Bajo mi experiencia en Agentes de Salud Mujeres saco bastantes aspectos positivos, el principal de ellos es que generó en mí la capacidad de tener mirada crítica en aspectos de salud y tomar consciencia de la desigualdad que existe para las mujeres, percibiendo que la mayoría de manuales, bibliografía y actividades convencionales se centran en una prevención y promoción de salud centrada en el hombre. Cuando comenzamos la formación técnica para impartir los talleres fue como un despertar y me hizo darme cuenta de la necesidad de generar actividades y de formarnos de forma profunda en la cuestión de género, con el fin de analizarnos nosotras mismas como técnicas del programa y poder trasladar el aprendizaje a nuestras chicas participantes, desde la interiorización y transformación personal y profesional. El aprendizaje en género va mucho más allá de lo meramente profesional, para que sea efectivo, para mi punto de vista, debe de ser algo que integremos en nuestra propia persona para poder trasladarlo de forma realista.
La formación consiste en el trabajo por bloques de contenido que a lo largo de los diferentes años los hemos hecho de diferentes formas, teniendo como hilo conductor la plataforma Moodle donde tenemos contacto directo con las formadoras y podemos consultar el temario cada vez que lo necesitemos. Asimismo, hemos realizado diferentes sesiones virtuales donde hemos mantenido contacto directo con las ponentes, Alexa Segura y Gemma Altell, quienes tienen una amplia experiencia en materia de género y han sabido aportarnos una mirada muy especializada en género y salud.
En cuanto al aspecto formativo hacia las chicas participantes, este consiste en unos manuales previamente trabajados que tenemos que enseñarles y adaptarle a los perfiles de las chicas y a sus necesidades, consisten en diferentes actividades prácticas, a través de las cuales interiorizan información relacionada con salud sexual desde una perspectiva de género y lo más interesante que es trabajar de forma específica la violencia de género, desde el análisis más personal de las situaciones que vivimos las mujeres de forma cotidiana hasta la situaciones de riesgo extremo. El aprendizaje de Agentes de Salud Mujeres es un proceso de deconstrucción que te ayuda a entender las situaciones de violencia que vivimos todas las mujeres día a día que son tan silenciadas y “normalizadas” por nuestra sociedad.
Cómo psicóloga, además de los ejercicios prácticos que ayudan a muchas mujeres a identificar las situaciones de violencia que viven, también me han ayudado a mí a identificarlas y entender que muchas de las situaciones personales que identificamos las mujeres como problemáticas, son situaciones de violencia estructural que nos hacen enfermar, por ello cuando tengo chicas con problemas de ansiedad y depresión por ejemplo, intento señalar primero cuál es la demanda y que circunstancias dependen de ellas o son situaciones que la propia sociedad nos hace sentir que son un problema. Todo ello, me ha hecho reflexionar desde el análisis de la sobremedicación que existe en cuestión de benzodiacepinas a mujeres desde edades tempranas y si tenemos que crecer para soportar el sistema de desigualdad que vivimos o es nuestro deber como profesionales, empoderar a nuestras mujeres para desafiarlo y cambiarlo.
La particularidad y acierto que tiene Agentes de Salud Mujeres es trabajar todas las cuestiones planteadas desde un plano personal y así poder interiorizarlas para poder formar a otras personas, es muy efectivo y gratificante ver como nuestras participantes se ven capacitadas para trasladar la formación e información a otras personas y esto les refuerza aún más el aprendizaje y empoderamiento.
Sí, he tenido alguna participante, en todos estos años con este perfil y ahí es cuando te topas con la realidad y tomas conciencia del daño que hace nuestro sistema patriarcal, donde se castiga de forma severa a las mujeres adictas y se cuestiona constantemente su testimonio de violencia, llegando a culparlas de la situación que viven. Las mujeres que sufren adicción y violencia de género son rechazadas en los recursos estandarizados de violencia y atendidas en recursos mixtos, existiendo muy pocos recursos especializados para ellas, donde puedan sentirse seguras y protegidas y con profesionales preparados, esto es una tarea pendiente que tenemos todas las entidades y los recursos públicos, actualizarnos e integrar la formación en materia de violencia de género, pero desde una perspectiva transformadora.
Sí, es una chica con la que yo llevaba mucho tiempo trabajando, que comenzó con la entidad en los programas de prevención y tiene un vínculo fuerte a nuestra entidad, tuvo una situación familiar compleja que le llevo al inicio en consumo de sustancias y esto sumado a comenzó una relación de pareja que se relacionaba desde la violencia con ella. A ella le costó mucho ver que lo que vivía era violencia de género, utilicé varias de las actividades como la de las violencias implícitas, el cartografiado del cuerpo, la margarita de la violencia, etc. Que me ayudaron a que se hiciera consciente de forma progresiva de su situación desde ejemplos prácticos y situaciones vividas por otras mujeres para conseguir la identificación.
Claro, ella más adelante me trajo a alguna amiga que se encontraba en una relación de pareja similar a la suya y le explicó todo lo trabajado conmigo, la acompañó incluso a una sesión conmigo para apoyarla y que sintiera segura, para mi fue un ejemplo total de la metodología de bola de nieve que pretende el programa, ya que desde lo individual podemos sensibilizar a los casos que más necesidad tienen.
Por supuesto, siempre que exista una formación completa e integradora de la perspectiva de género, se la recomiendo a todas las/los profesionales que existen, ya que nunca se deja de aprender y entender como nos hemos construido como sociedad y creo que es deber de todas/os los/as personas que trabajamos ayudando a otras personas, identificar los patrones aprendidos, deconstruirlos y volver a entender todo lo que vivimos y viven nuestros/as usuarios/as, conocernos y analizarnos para lograr ayudar desde una perspectiva integradora.
Sí, como entidad social tengo el conocimiento de la importancia que tiene marcar la X solidaria, puesto que en mi entidad, AOCD, Asociación Olontense Contra la Droga veo como esa financiación se traduce en apoyar y ayudar a personas que lo necesitan, como hace que los/as profesionales podamos seguir luchando por nuestros/as usuarios/as y en concreto nuestras mujeres, las grandes olvidadas por los recursos públicos y en muchas ocasiones silenciadas, por eso creo la necesidad de programas específicos que las ayude a mejorar sus vidas de forma directa y que sientan espacios creados para ellas, donde poder sentirse seguras, protegidas y escuchadas.
Buena pregunta, en mi opinión, siempre explicaría la importancia de entender que, marcar la casilla, no es un simple gesto, se traduce y revierte en muchas personas (niños/as, adultos/as, personas mayores, etc) que ven mejorada sus vidas gracias a que existen entidades sociales como la nuestra que dedican todo su tiempo a ayudarles e intentar mejorar sus vidas. Además, creo que, si todas las personas fueran conscientes de la cantidad de programas y proyectos que se realizan gracias a ese “simple gesto”, entenderían la importancia del mismo y cómo la vida de todas las personas que atendemos desde el tercer sector, viven el impacto de ese apoyo traducido en acompañamiento, atención social, atención psicológica, recursos de todo tipo y desde todos los ámbitos (discapacidad, adicciones, salud mental, etc.), es la forma que tiene la sociedad de contribuir en nuestros recursos y poder ayudar a que se mantengan, mejoren y no desaparezcan.
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